Sunday, August 29, 2004

De repente levantó la cabeza y vió como aquel pájaro negro con el pecho rojo, volvía a pasar junto a su ventana. La verdad es que no estaba seguro de si era el mismo pero una vez que se había ido volvió a fijar su mirada en la hoja de problemas que tenía delante. Durante un instante notó como la cabeza se le llenaba de una sensación un tanto extraña, pero que le resultaba algo familiar. Se acordó de Ana y girando la cabeza escuchó el teléfono resonando en su oido. Pero no...nadie estaba llamando. En aquel momento lo vio claro. Ana despues de un mes, puede que dos le iba a llamar esa tarde. Sabía que era imposible que ocurriese lo contrario. Estuvo por levantarse y poner el inalámbrico en su mesilla para tenerlo más a mano. Sin embargo, se dio cuenta que le daba igual. Cuando sonara se iba a levantar de la misma manera. Se sintió un poco aturdido pero no le buscó una explicación lógica. Él veia nítidamente que el teléfono sonaría y que sería Ana. No concebía esa tarde de otro modo. Volvió a poner la mirada en el cristal esperando que pasase otra vez algún pájaro similar pero ya oscurecía y la farola que había delante de su ventana empezaba a deslumbrarle. Había dejado de pensar en Ana. Ya habia asumido que en un momento u otro llamaría pero no fue hasta el segundo tono cuando se dio cuenta que tenía que contestar porque, esta vez sí, sonaba de verdad. Ni miró el número en la pantalla, lo descolgó y sin acentuar la interrogación:-¿Si?-Buenas!Soy Ana-Hola Ana - Dijo con un entusiasmo que casi pareció hipócrita - Pues precisamente hace un momento me había acordado de tí-Anda!Que casualidad, no?Se sonrió y evitando más enredos dijo:-Pues síAna nunca sabría que su llamada no era una sorpresa, ni mucho menos una casualidad.

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