Friday, December 31, 2004

Corriendo pasa de lado mientras la puerta se cierra y un triple pitido se oye a lo lejos. Dos metros detrás un tipo trajeado se queda fuera y mira al panel luminoso que muestra "4 MINUTOS". Y ahí tienes a Luis con la cabeza contra el cristal repasando mentalmente el tema que anoche se le atragantaba. No mira la hora, la sabe perfectamente. Una fila de tres, está sentada a su lado mirando todos el suelo. Delante, el hombre de la izquierda parece que tiene los ojos cerrados y sujeta fuertemente su mochila entre las piernas. Junto a él, y encima de la carpeta, un chaval mira el plano rojo que cogió arriba. Una chica rubia pega su enésimo bostezo de la mañana a la vez que se restriega tímidamente la cara; puede que sea de los pocos ratos del día que tiene la mente en blanco. Y a dos metros y rodeado de la oscuridad del túnel un chavalote la mira detenidamente mientras ve tu cara reflejada en su somnoliento rostro. Nadie se percata pero no aparta sus pupilas de ella y recuerda algunas tardes que pasó junto a tí. Sueña con escapar...huir y aterrizar en tu boca. Una luz entra por detrás suya y gira la cabeza... ¿Tribunal? No..esta no es. Ha quedado un sitio libre y con cuidado de no despertar al japonés de al lado se sienta. Rodeados de nada y ajenos a todo, vuelven a entrar en ese tunel del tiempo donde nunca sale el sol, que repiten mil veces cada día. En la esquina, un tipo de unos 25 años marca el ritmo de su discman con la cabeza y a veces tararea alguna estrofa que se sabe mientras con la mirada perdida en los zapatos de la mujer de enfrente hace juegos con las manos. Ahora se ha oido el susurrante gemido de un bebé que en los brazos de su madre ha despertado de su cabezada. Alguno que otro mira, mientras la gran mayoría ni se inmuta, o lo hace muy disimuladamente. El vagón reduce poco a poco la velocidad... ¿Atocha?, llega mi parada.

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