Con la maleta en el coche

Quedan madrugadas olvidadas, el eco de tu risa, las chapas en la terraza y las miradas al parque ardiendo al sol. Los sábados de whisky, las noches contando estrellas y las tardes de domingo esperando tu llamada. El día que me raptaste el alma, la taberna donde una Murphy era testigo de un juramento amistoso, el puño en alto, borrachera en el ferial, tu susurro en la sesión golfa del cine, la visita al hotel, buscarte entre la multitud, el mensaje desde el Cambalache, empieza "Friends", los golpes en la ventana, las llaves sonando a la vuelta del trabajo... Un "hasta pronto" sella una espera vertiginosa, un día escrito... me nombra tu voz y huyo sin saber donde caen las pasiones que sosteníamos en esta entrañable rutina. Ahora se me detiene el aliento al verte en mi fondo de escritorio. Fugaz, indeterminado...como un sueño ha comenzado. Y en la maleta se cuela el vértigo... mucho vértigo.