Friday, September 03, 2004

Como acostumbraba, puso primero el pie derecho y retiró las sábanas hasta atrás. Cuando abrió la ventana se dió cuenta de que un Pteranodo del tamaño de una avioneta sobrevolaba el patio al que daba su cuarto. Intentó correr pero las piernas no le respondían y al tratar de gritar ni un sonido salió de su garganta. Se giró y vió que su cama ya no estaba donde la había dejado cinco segundos antes. Ahora había un armario de madera de donde salió un boxer gruñendo que se le tiró de uns salto a la espinilla, aunque sorprendentemente no le dolía nada. Al salir por la puerta de la habitación estaba en la calle y llovía a cántaros... Descalzo porque sus chanclas habían desaparecido de sus pies hizo otro amago de correr pero cuando se preguntaba a dónde dirigirse decidió que mejor se quedaba en casa, aunque...¡ops! la casa se había esfumado. Se sentó en el suelo y estalló en carcajadas...."¿De qué te ries?Despierta hombre que ya es hora", dijo su madre. Abrió los ojos y tenía alguna lagrimilla en la cara que se secó con el borde de la almohada. "Qué día es hoy?Qué hora es?". Puso el pie izquierdo en el suelo y miró por la ventana...la persiana estaba bajada.

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