Tuesday, September 07, 2004

- ¡A la mierda! - dijo tirando por la ventana el reloj de arena. Se giró del todo y dirigiéndose a mí, esbozando una pícara sonrisa ladeada me pidió que le pasase el florero para ponerlo en el hueco que había quedado vacío sobre la mesilla. - Y yo comiendome la cabeza...con lo fácil que era mandar el reloj al carajo...tampoco pesaba tanto. Sólo he necesitado darme cuenta de que las rosas quedaban mejor. Agarró un pedazo de tarta y empezó a zampársela mientras que con la otra mano ponía la pista 7 del "Domínguez". Intentó tararearla... - es que no me la se, ¿sabes?A ella le daba lo mismo, ya se la aprendería...puede que mientras esperaba esa nueva huida que no era capaz de imaginarse

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