Sunday, September 12, 2004

Vértigo

La semana que viene se casa mi primo Juan Carlos con Ana en Madrid. Como en cada boda de un familiar, uno se alegra mucho, más aún cuando es un primo como Juancar al que siempre le he tenido mucho cariño y del que recuerdo tantas risas en tantas navidades en mi casa y en la de mi abuela...mi abuela..ayer hablábamos de forma distendida en la comida cuando mis padres comentaron que se casaron a las 25 primaveras. Mi abuela dijo que en sus tiempos casarse a los 24 como ella y el abuelo era muy tarde. "Eran otros tiempos abuela", le comenté...y como si hubiese destapado una cajita musical al decir esas palabras ella empezó, con una mirada de nostalgia...como clavando las pupilas en una inexistente pantalla que tenía delante donde se proyectaba una película que estaba recordando, a rememorar su etapa de noviazgo que como casi todo ser humano ella también había vivido. Mientras la veía hablar, notaba que a sus 85 esos tiempos pasados eran su más preciado tesoro y puede que lo único que le emocione...su pasado. Y me hizo pensar que si es inevitable que con el paso de los años el presente deje de tener sentido y mucho menos el futuro. Si las ilusiones acaban el día que formas una familia como si ese fuese el fin único al que de no se qué modo parece que todos nos encaminamos y es entonces cuando deja de intrigarte lo que ocurrirá esta tarde, o este año, o este verano, mañana por la noche...Será inevitable?Caeremos en una rutina como caía Alicia impepinablemente por aquel árbol? Creo que no...pero será inevitable que también deje de creerlo?

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