Con la cabeza apoyada

La alegría y la tristeza...la felicidad y la pena se conectan de forma circular.

Sentido

Granada, noche del 1 al 2 de septiembre

Aquí ya es de noche. He salido de un examen y me toca dedicarte un ratito que no hay muchos días como el de mañana. Seguro que llevas toda la tarde preguntándole a papá que cómo habré hecho el examen, que si será muy pronto para llamarme...que cuidado mañana con el coche... Entiendo tan poco como tanto admiro la empatía que demuestras. Llevas decorando mucho tiempo un jardín que ahora seguro que repasas con cariño, un jardín donde cada flor es una alegría vivida. Me encanta esa tendencia que llevas teniendo de un tiempo a esta parte de reencontrarte con tus rincones pasados, huyendo al pueblo siempre que puedes o tu reencuentro con Belén... y ahí es donde yo te recuerdo lo bueno que es Internet. Se que sigues aferrándote a ilusiones y temores para no conciliar el sueño, se que sigues viéndome como en las Nanas de la cebolla, se que aún sigues parándote en la puerta de nuestras habitaciones cuando madrugas para trabajar y donde duermen esos dos hombrecillos de 23 y 21 años con barba y pelos en las piernas ves esos niños que corrían detrás de un balón y que no te decían "pesada" cuando insistías en que nos abrigaramos en invierno. Tu vientre es mi primera habitación, el único sitio donde nada era confuso, de tu pecho mi primer desayuno y tu boca el primer beso que me dieron... seguramente el más sentido. Porque mamá...hoy que cumples 50 años te diré, como en la canción, que sigo necesitando de tu arroz. Que sin tí, el mundo aún no es un lugar habitable para mí. Pasa el tiempo y entiendo que no eres la heroína que veía en tí a los diez años. Ahora eres tan humana como yo, un cúmulo de valores que nunca has perdido, no te aguantas la risa, tienes miedo, manías tontas, me pegas collejas cuando te pellizco el culo, sueñas mundos mejores y lloras a veces cuando duermes. Ahora voy de tu mano y no sobre tus brazos, empiezo a echar a volar pero creeme que donde haga falta seguiré luchando. Porque eso me has dado y desde que tengo uso de razón, tuyo me han nombrado. Dile a papá que vaya preparando la sangría que mañana lo celebramos. Mientras tanto, ponte un disco de Amaral, aparca por un día el pilates y no te maquilles mucho... que al natural estás muy guapa. Muchas felicidades, te quiero.